Las estadísticas nos hablan sobre la epidemiología y, en concreto, la prevalencia de los trastornos mentales en la infancia y la adolescencia.
Es importante destacar que ha aumentado la incidencia y la edad de aparición de las enfermedades mentales. Este hecho ha convertido a nuestros niños y adolescentes en población vulnerable. Martín Calvo (2017), en su artículo, determina que es debido a diversas causas: "El ritmo de la vida, horarios intensivos de trabajo de los padres, situaciones económicas desfavorables, cambios en las estructuras familiares, situaciones de conflicto, problemas de relación social, dificultades de rendimiento escolar, hiperestimulación a través de redes sociales, etc." (p. 1)
Los profesionales de la salud mental, viendo los resultados de estos estudios, debemos intervenir para prevenir, hacer una buena detección precoz y mejorar el pronóstico.
Los datos que nos proporcionan estos estudios acerca de la relación significativa entre los trastornos mentales, la edad y el género son fundamentales para poder detectar y tratar este tipo de patología en nuestra práctica diaria.