Situación: Me encuentro en una actividad con varios niños, de unos 5 años, uno de ellos se cae y se da un golpe.
Respuesta emocional: Al verle caer me asusto.
Respuesta motora: Me acerco a él, para ayudarle.
Respuesta cognitiva: Valoro la situación, no se ha hecho nada; e intento transmitir tranquilidad, si me ve asustada, se asustará.
Respuesta fisiológica: Me relajo y sonrío
Respuesta verbal: "¿Qué ha pasado?, no ha sido nada" , y le animo a continuar con la actividad
En ciertas situaciones con niños, especialmente los más pequeños, sus reacciones dependerán de la respuesta del adulto que tiene como referente en ese momento. Por ello, aunque yo en un principio me asuste, debo ser cautelosa y valorara la situación antes de darle respuesta, para asegurar que la reacción del niño sea ajustada a lo que ha pasado realmente, no a lo que temíamos.