Buenos días,

En respuesta a sus interesantes preguntas:

¿es posible que pueda saberse con exactitud cual es el origen y la causa del TDAH en una persona, analizando la etiopatogenia de su caso?

En mi humilde opinión creo que no es posible establecer “la causa exacta” que puede estar involucrada en el desarrollo del TDAH en un niño. Como usted ha podido leer en el documento guía no existe un factor etiológico único en el TDAH, sino una causalidad multifactorial que se ve reflejada en la elevada heterogeneidad asociada a este trastorno. En particular, la compleja interacción entre diversos factores etiológicos (e.g., genéticos y medioambientales), se manifiesta a través de diversos cuadros clínicos caracterizados por variedad de etiologías, de perfiles de síntomas, de perfiles de deterioro neurocognitivo, de comorbilidades psiquiátricas, de trayectorias de desarrollo e inclusive de alteraciones a nivel de regiones cerebrales (e.g., prefrontal inferior). Esto implica que la evaluación psicológica y neuropsicológica se haga muy compleja, ya que desde mi punto de vista no existe un simple “gold Standard” para evaluar confiablemente la presencia o no de un TDAH. Yo consideró que hay tantos perfiles de TDAH como niños que lo padecen, por lo que se hace necesario el desarrollo de protocolos de evaluación y de intervención diseñados específicamente para cada paciente (tailored intervention) que parten por lo general, en mi caso, de una metodología multimétodo y multi-informante basada en la evidencia.

Por otro lado, teniendo en cuenta que la FE responde a un crecimiento exponencial madurativo del cerebro, en el caso de diagnósticos a una edad temprana o media, al llegar a la adolescencia es conveniente realizar una reevaluación de la persona?

Desde mi punto de vista, se hace necesario una reevaluación no solo del dominio de síntomas de TDAH, sino también del funcionamiento cognitivo, y de las comorbilidades, ya que el sentido de las relaciones entre ellos puede cambiar con la edad. Este cambio puede estar relacionado, por ejemplo, con el hecho de que el volumen de materia blanca sigue un aumento constante y casi lineal durante la infancia y la adolescencia, o simplemente a una combinación de alteraciones cerebrales distintivas y compartidas, que persisten con la edad.

Espero que haya podido responder a sus preguntas con claridad.

Le agradezco por su interés en el tema.

Cordialement

V. Krieger