Decido coger el tren para ir a una tienda de Barcelona a comprar el regalo de cumpleaños de una amiga, me han pedido el favor y soy la encargada. Cuando llegó a la estación los trenes funcionan fuera de horario y además esta interrumpido el servicio de trenes. Cuando llegue a una determinada estación tendré que bajarme y coger un servicio de autobús lanzadera. El tren llega enseguida, así que no me da mucho tiempo a pensar y me subo. El tren me deja en la estación donde tengo que coger el autobús. Al llegar me doy cuenta de que no hay autobús. La estación esta a las afueras de la ciudad y no hay muchas posibilidades.

Verbal: No puede ser ¡que mala suerte que tengo! Le pregunto a varias personas si saben si pasará algún autobús.
Motora: camino rápidamente a la parada de autobuses a ver si hay alguna otra opción.
Fisiológica: Estoy acelerada, me noto sudoración y la cara roja.
Emocional: Estoy agobiada, no llegaré a comprar el regalo y no tengo más días. También siento rabia, me he sentido engañada. No había ningún autobús.
Cognitiva: empiezo a pensar que estas cosas sólo me pasan a mi. ¿Qué le diré a mis amigas cuando vean que no tengo el regalo?