En mi opinión, el niño con TDAH presenta muchas dificultades en distintas áreas, pero sus funciones ejecutivas son de las más afectadas. Desde el área del desarrollo de la autonomía, a estos niños les cuesta realizar actividades de rutina por ellos mismos como: comer, asearse, vestirse, cepillarse, etc lo cual genera un retraso referente a su grupo de edad y entorno social que perjudicará su proceso de aprendizaje e interacción social. Los niños con TDAH, al tener estas afecciones están en constante aprendizaje ya que primero necesitan entender qué les sucede, cómo y por qué les ocurren esos cambios para enfrentar su condición.

En la actualidad, si bien se conoce más sobre este tema aún existen profesionales que no saben cómo abordar de la mejor manera. Por ello, en algunos casos solicitan la presencia y el trabajo diferenciado en el aula con “shadows”, quienes dan soporte o colaboran con estos niños de forma más personalizada durante las clases y dentro del aula. Desde mi experiencia, considero que es un gran apoyo para el docene y sostén para el niño, siempre y cuando se trabaje de forma conjunta con la maestra, padres y niño, para lograr objetivos claros y puntuales. Asimismo, me gustaría agregar que en una CONFERENCIA INTERNACIONAL sobre este tema, se mencionó la importancia de llamar al TDAH por su nombre y  la persona que la presenta también lo verbalice para que el trabajo sea más significativo.