Evaluar Las Habilidades De La Persona.
Si queremos que aprenda a ponerse una prenda de vestir, por ejemplo; la chaqueta, el niño tiene que tener habilidades motrices, tener buenas destrezas y fuerza en los brazos y manos, coordinación, etc.
Hacer un análisis funcional del comportamiento.
Intervención en conductas inapropiadas, desobediencia e inflexibilidades.
Trabajar la flexibilidad, cooperación y colaboración sin problemas de conducta. De lo contrario será complicado enseñarle nuevas habilidades. Antes de entrenar nuevas habilidades deberemos tener control sobre la respuesta del niño ante ciertos estímulos y situaciones.
Buscar y gestionar reforzadores. En la intervención con en personas con autismo y TDAH, lo primero es hacer una búsqueda de posibles reforzadores que le gusten al niño y trabajamos emparejamiento, control instruccional, respuestas receptivas y expresivas si la hubiese, enseñar a responder en situaciones estructuras y no estructuradas.
Desensibilización. Hay niños que son sensibles a ciertos estímulos. Por ejemplo, la textura o sabor de la pasta de dientes, quitarse la camiseta, sentarse en el inodoro… Evaluar si muestran sensibilidad hacia algún estímulo e intervenir antes de enseñar la habilidad.
Análisis de tarea y descomposición de tareas. Hay habilidades que son más complicadas que otras y tienen muchos pasos hasta llegar a la conducta final, por ejemplo, lavarse las manos, conlleva varios pasos. Mediante el uso de procedimientos como el encadenamiento, las ayudas y el moldeamiento podremos enseñar nuevas habilidades. Las ayudas deben desvanecerse para que el niño realice la tarea con total autonomía.
Consistencia. No se aprende una habilidad de un día para otro y más cuando la habilidad meta que queremos enseñar lleva varios pasos previos a la conducta final. Es por ello que tenemos que tener consistencia y repetir estas habilidades varias veces por un tiempo, en varios contextos y con varias personas. Si no damos oportunidad de hacer la tarea estás habilidades se pueden debilitar y las puede olvidar la persona.
Lo más importante es la constancia en actividades que fomentan la autonomía de los niños, empoderarnos como padres de dichas acciones lograra consolidar las conductas requeridas para alcanzar niveles óptimos de autonomía en los niños.