Descripción de la situación: Estamos viendo un vídeo con la clase y cuando sale un personaje conocido todos gritan su nombre. Un alumno empieza a ponerse nervioso. Chilla, suda y da saltos pidiendo a los demás que se callen. Los demás se asustan.
VERBAL: "¿Javier, vamos a dar una vuelta?" Los demás, por favor, nos calmamos y seguimos viendo el video.
MOTORA: Coger un juguete que usa para tranquilizarse el alumno y hacerle el gesto de irnos fuera. Gestos de calma para los demás.
FISIOLÓGICA: Cuerpo en tensión, sudor.
EMOCIONAL: Estrés, miedo.
COGNITIVA: Tranquila, todo irá bien. Se calmará y los demás también. Qué duro deben ser para él estas situaciones.
Delante de una situación con una emotividad compleja y elevada, el docente debe mantener la calma, aunque por dentro esté sufriendo. Creo que hace falta pensar bien los actos verbales y motores, que creo que son los que más podemos controlar, aunque muchas veces la respuesta es automática, debemos aportar serenidad y tranquilidad, y tener en cuenta que algunos niños el contacto físico o las palabras como "tranquilízate" aún les ponen más nerviosos.