Después de leer los documentos sobre la salud mental actual lo primero que deberíamos puntualizar es que para el desarrollo correcto de un individuo son necesarios varios elementos: no sólo es la parte genética sino que el peso ambiental es claramente determinante en este desarrollo. Por aspectos ambientales entendemos la familia, el contexto social más cercano y las influencias propias de nuestra cultura.
Con la pandemia el aspecto ambiental ha sufrido una clara transformación nuestros niños y adolescentes han pasado de una vida llena de relaciones sociales a un encierro físico y social que claramente ha modificado su conducta y comportamiento. Son probablemente la población que más lo ha sufrido ya que están en pleno desarrollo de su persona y carecen de estrategias necesarias para poder adaptarse a este cambio tan radical.
Los adolescentes dejan de ser únicamente individuos para formar parte de un grupo social, su persona crece gracias a las interacciones con los demás y esto no ha podido suceder por el confinamiento. La salud mental de este grupo ha empeorado claramente ya que su proceso de desarrollo es incompleto o diferente al estandarizado.
Creo que es necesario que desde las diferentes instituciones ( familia, escuela, CAPs, hospitales, ayuntamientos...) reforcemos y ayudemos a este grupo de la población para ayudar a entender la situación actual y el papel activo que pueden tener ellos en este cambio.