Le diría algo así como: “Ante todo me gustaría decirte que entiendo muy bien como te sientes. Te agradezco la confianza, pues no es fácil aportar todas estas vivencias, pero quiero decirte que el malestar que presentas tiene una explicación, que no se trata de que seas de una u otra forma negativa (vago, pasota, rebelde, u otros sentimientos de fracaso que haya aportado la persona…), sino que detrás de tus comportamientos hay algo que los determina y que te ha venido dado sin que tu lo supieras. Ese algo tiene un nombre, se llama TDAH y es mas común de lo que crees.
El TDAH puede, con toda probabilidad, estar detrás de lo que planteas. Se trata de un trastorno del neurodesarrollo que puede generar dificultades como las que explicas.
Que sepas que no es culpa tuya, que no debes machacarte por ello y que el hecho que estés aquí, planteando estas dificultades, ya te predispone a encontrar soluciones. Si tu quieres, vamos a trabajar conjuntamente para mejorar, día a día, esta situación y revertir los efectos que esto ha tenido en tu vida. Existen muchas acciones que puedes hacer y mi trabajo va a consistir en orientarte y ayudarte para que consigas tus objetivos”.