Hola de nuevo a todas, ahora sí que me parece que ya puedo daros mi aportación al foro, puesto que ya algunos habéis participado y no quiero demorarlo más para que tengáis tiempo de acabar con la quincena. De todas maneras si alguien posteriormente quiere participar, que lo haga ¡perfecto!.
Primero de todo permitirme que os felicite a los que habéis participado en el foro pues además de comentar la dificultad de localizar al alumno con TDAH mediante una foto, se han comentado algunos aspectos importantes en la detección de este trastorno, que al tratarse de una imagen estática de entrada no parece que nos tenga que decir mucho. De hecho desvelando la incógnita ya, os digo que no tengo “ni idea” de quién de estos niños tiene TDAH, de hecho no sé ni siquiera de si ninguno lo tiene.
Utilizo esta imagen desde hace ya muchísimos años en mis cursos a maestros como material de apoyo, como habéis comentado es una imagen ya algo antigua, pero me sirve para reflexionar con los docentes sobre la importancia de la detección del trastorno. ¡Espero me perdonéis por este pequeño juego al que os he sometido!.
Como ya habéis visto en la unidad el maestro/profesor no es, ni debe ser, el encargado de llevar a cabo el diagnóstico pero sí que será un elemento clave en la detección del TDAH. Recordad que a día de hoy no disponemos de ninguna prueba médica o indicador biológico determinante en el proceso diagnóstico. Éste es clínico y debe recoger muchos otros datos, aparte de lo que podamos observar en el aula, para establecerse correctamente. De todas maneras los docentes son muy buenos informadores en este proceso del diagnóstico, y toda la información que puedan aportar se ha de recoger y tenerla en buena consideración.
En el aula y fuera del aula observamos una serie de indicadores que pueden ser de gran ayuda. En el documento guía os hemos aportado una gran cantidad, pero vosotras con vuestras aportaciones ya habéis destacado bastantes:
• Dificultades para esperar el turno
• Dificultad para tener su material en orden o en el momento adecuado
• Intervenciones en momentos poco apropiados
• Actitud pasiva y desmotivada o de llamada de atención
• Aspecto soñoliento, “como en una nube”, "en sus fantasías"
• Frecuentemente se les ve solos
• Impulsividad en sus respuestas verbales y motoras …
A modo de resumen diríamos que:
• El docente no lleva a cabo el diagnóstico pero sí es un agente importante en el mismo.
• No existe ningún indicador biológico que a simple vista nos ayude a detectar el TDAH, requiere de un diagnóstico clínico y conviene hacer un buen proceso diagnóstico.
• Pero sí hay muchos otros indicadores, como bien habéis ido apuntando, que nos pueden hacer pensar en un posible TDAH.
• No lo hemos comentado, pero la agenda escolar también puede ser un buen indicador pues a través de ella podemos localizar una serie de registros que recogen conductas propias del trastorno que, en un niño en concreto, se dan con mayor frecuencia e intensidad que con el resto de compañeros (las clásicas "anotaciones negativas en la agenda sobre su mal comportamiento o la falta de entrega de tareas por ejemplo").
Me parece también muy interesante otro aspecto que muchas veces nos lleva a pensar todo esto, que son "las etiquetas". Seguro daría pie a otro foro pero ahora os transcribo tal cual un fragmento de una entrevista que me llegó hace poco de la psicóloga Olga Carmena y que me apetecía compartir con vosotras:
“Detectar no es etiquetar. Detectar es poner nombre a algo para empezar a buscar soluciones. La palabra crea realidad y lo sano, emocional y psicológicamente, es nombrar aquello que requiere ser nombrado y no caer en eufemismos. Se detecta para tomar medidas socio-afectivas y educativas. Se detecta para combatir los diagnósticos erróneos con que muchos profesionales cuelgan con tanta ignorancia como imprudencia trastornos de toda índole. Se detecta para apoyar al niño en su necesidad. Se detecta para que el niño y su familia sepan dónde están y cómo actuar. Y se detecta porque todo ser humano tiene el legítimo derecho a saber quién y cómo es”.
Por último os pido de nuevo disculpas por esta “pequeña trampa” que os he hecho haciendo creer que yo conocía el niño/a con TDAH, y os felicito y agradezco por todas vuestras aportaciones,