Creo que como padres deben priorizar cómo se sienten los niños, que es evidente que ningún niño prefiere montar en cólera a estar sonriente. De manera, que si no saben cómo gestionarlo deben pedir consejo a un profesional, porque su mala gestión puede agravar la actitud del niño. Por otra parte, el profesional les explicará que es normal que se puedan sentir desbordados, pero que hay estrategias para mejorar la situación y depende en gran medida de ellos, el hecho de que mejore su hijo/a. El profesional debe hacerles distinguir entre conductas que no hay que dejar pasar, de las que en ocasiones, vale la pena hacer ver que no has visto, porque hay que priorizar objetivos a conseguir. Los padres deben ser muy constantes en dar la misma respuesta a la misma conducta, como la de pegar, que variará según la edad del hijo/a. Realmente creo que como padres de un niño con problemas de inflexibilidad, y que puede llegar a estar en cólera, tienen derecho a sentirse abrumados, pero deben aprender a ser muy flexibles y a no responder nunca con gritos, no se pueden permitir apoyarse su malestar y deben espabilar, porque peor se siente el niño/a, que es seguramente no sabe explicar porque le pasa y luego siente pena. Hay que pedir ayuda y acompañar al hijo/a, para que mejore y salir reforzados como familia, en vez de que sea causa de desencuentro.

Hola a todos,

Las aportaciones han sido muy acertadas.
Es un tema complejo porque intervienen diversos factores. Es indispensable abordar el tema tema de forma multidisciplinar, tanto el niño cómo la familia necesitan ayuda y a veces las familias están muy desinformadas.

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Saludos,