Buenos días,
Si Cristina, en el día a día es importante hacer un trabajo de anticipar su respuesta cuando se le esta pidiendo que gestione algo. De esta manera nos ayudará a que la realice cuando se le pide.
Tal y cómo explicas y el resto de compañeros, vuestro día a día y las dificultades que eso conlleva, como madres/padres seguro que os preguntáis si vuestra manera de reaccionar es la correcta. Si sois muy permisivos o muy estrictos, hasta pensaréis si puede constituir un factor de riesgo en la evolución de la sintomatología de vuestros hijos (como os comento en la unidad, los factores de riesgo y factores protectores).
Los factores de riesgo son aquellas variables o circunstancias que aumentan la probabilidad (o incluso que conducen directamente) al trastorno psicológico con una mayor o menor intensidad.
Los factores protectores son variables que pueden moderar la relación entre los factores de riesgo y el comportamiento. Es decir, actúan inhibiendo o amortiguando el impacto de los acontecimientos que producen el riesgo).
Pues bien, encontrar el equilibrio no es tarea fácil. Y seguro que sabéis de que hablo, enfrentaros diariamente a situaciones conductuales complicadas.
Quiero hablaros de los estilos parentales, que hace referencia a como nos enfrentamos a la vida cotidiana de nuestros hijos. Es decir, los modelos parentales son la práctica de crianza que nosotros como adultos asumimos para acompañar a los niños/as y adolescentes.
Podemos resumir los estilos parentales en 3 principales:
Estilo permisivo: el que quiere ser amigo de sus hijos/as, no impone límites, sobreprotectores. Predomina que los padres sean indiferentes tanto a las conductas positivas como a las negativas de sus hijos, mostrándose pasivos. Puede favorecer a un bajo rendimiento escolar, baja autoestima y competencia social.
Estilo autoritario: establecen las normas sin tener en cuenta al niño o adolescente. Las órdenes esperan ser obedecidas; las consecuencias es el castigo; disciplina basada en el poder; comunicación pobre; reglas inflexibles; normas rígidas. Este estilo puede favorecer a una escasa autonomía, reduciendo la creatividad y desencadenando a una baja competencia social menos.
Estilo democrático: exigentes y sensibles; acompaña al crecimiento progresivo de su autonomía; comunicación abierta y cercana; límites firmes consensuados y argumentados. En este estilo se presenta un afecto constante y manifiesto hacia el hijo. Los padre se muestran sensibles ante las necesidades del menor, se le proporcionan las explicaciones necesarias y se promueve la conducta deseable. Se estimula que los hijos sean competentes socialmente, motivados y con iniciativa. Facilita una buena autoestima así como un autoconcepto realista.
Os animo a que reflexionéis estos días en que estilo parental os sentís reflejados (el día a día muchas veces no nos permite hacerlo pero es necesario para analizar nuestro funcionamiento y las consecuencias que puede conllevar ). Y valoréis si sería necesario hacer algun cambio en vuestro estilo educativo.