La inteligencia es un componente esencial para el aprendizaje y la resolución de problemas, cuando el niño tiene disminuida su claridad de pensamiento su capacidad para gestionar la situación disminuye. Para la resolución de un problema se debe ante todo reconocerlo, para ello debemos ser capaces de recoger experiencias previas e ideas sobre el problema. Cómo se haya conseguido gestionar problemas anteriores marcará cómo podemos gestionar los presentes. Es importante, cuando la situación esté en calma, hablar sobre lo sucedido para sacar conclusiones que motiven un aprendizaje, de esta manera anticiparnos en la medida de lo posible a la siguiente situación colérica que se presente. Con ello disminuiremos la frustración, aumentaremos el autocontrol y frenaremos la impulsividad. Es imprescindible que controlemos estos elementos para poder llegar a una fase de maduración de la resolución del problema con mayor claridad de pensamiento, en la que se pueda establecer una conexión inconsciente de ideas en torno al problema y encontrar una solución correcta. Cuando se consigue llegar a esta fase estaría bien revalorar lo vivido para alimentar al aprendizaje del que hablaba al inicio, el pensamiento crítico permite analizar, evaluar o desarrollar opciones conocidas, optimizándolas.

Por un lado, creo que uno de los factores que puede mantener que un niñx presente baja tolerancia a la frustración es el hecho de no haberse expuesto a situaciones frustrantes, es decir, conseguir todo lo que quieres. Algo muy importante es enseñar desde que son pequeños que hay situaciones que son innegociables y otras en las que si se podrán llegar a acuerdos.
Por otro lado, el tomar consciencia del problema es el primer paso para el cambio; la frustración es una emoción desagradable que a nadie le gusta sentir pero es normal que de vez en cuando aparezca. Una vez sabemos esto y lo reconocemos, podemos aprender formas de gestionar esta emoción, aunque no es tarea fácil y más aún cuando nos referimos a niños inflexibles y coléricos, pues ya de por sí tienen una dificultad para dicho manejo y gestión emocional, tienen poca paciencia, su pensamiento rígido le hará pensar en que todo es blanco o negro y no existen los grises, va a buscar satisfacer sus necesidades inmediatamente, con excesivas exigencias, etc.

Ante la dificultad para definir el problema, aumenta la frustración y, como respuesta a esta situación que no sabe gestionar, experimenta emociones intensas que le llevan a actuar de manera descontrolada e impulsiva. Esto dificulta pensar con claridad y mantener la calma para buscar soluciones, basadas en experiencias previas, y escoger la más adecuada.

Si partimos de que una de las características es la presencia de problemas para recordar las consecuencias de episodios previos, no reconocer el problema inicial aumenta la frustración y en consecuencia no hay ni previsión ni visión retrospectiva generando acciones negativas y agresivas y dificultades para pensar con claridad y resolver los problemas.

Está claro que los niños inflexibles-coléricos les cuesta de forma desproporcionada la gestión de problemas y tolerar la frustración. Después de observar este ciclo, creo que es importante que los referentes de estos niños (padres, profesores, hermanos mayores, etc.) tengan en cuenta esta limitación y anticipen en la medida de lo posible la aparición de un posible problema.
Por ejemplo: hay un grupo de niños en el patio del colegio y solo hay un columpio, el niño colérico en cuestión se sube el primero pero hay otros niños haciendo fila esperando a subir. Cuando sea el momento de ceder el columpio al siguiente aparecerá el problema ya que no está dispuesto a renunciar.
El papel de la persona que vigile el patio será anticipar al niño el establecimiento de turnos de 5 minutos y hacer cuenta atrás cuando se vaya acercando el final.

Es verdad, que habrá situaciones en el día a día en las que no se puede prever problema y surgirá de forma espontánea. Sería bueno que en el momento de la aparición del conflicto la persona de referencia ayude al niño a recordar situaciones anteriores y como gestionar.

Buenas a Tod@s,

Totalmente de acuerdo con las aportaciones de mis compañeras.
Creo que para llevar de la mejor manera a un niñ@ con estas características la mejor forma es prevenir. Por supuesto que no se pueden prevenir todos los escenarios posibles en la vida cotidiana de este niñ@, pero si ya conseguimos disminuir el número de escenas coléricas en el día, ya es un gran mérito conseguido. Se trata de encontrar el equilibrio entre el niño, el cole y la familia. Y las metas deben ir acorde al propio niñ@, y si es necesario a poco a poco, pues que así sea, mientras vayamos para adelante, todo va bien.
Después de la video-aula de ayer, en la que nos explicaron el método de las cestas de Greene, desde luego me quedó muy claro lo importante que es esta técnica para un niñ@ con estas características, y cuánto le puede ayudar a su familia y a él mismo, gestionar sus problemas y frustraciones.
Gracias Isabel!

en cuando aparece exigencias o demandas del entorno especialmente en cuando hacemos otro actividad o exigencias no apta a nuestro capacidades, creencias, mentales, emocionales, o por simplemente no tenemos tiempo en este momento nos pueda crear frustración en su momento pero tomaríamos un momento pensar en calma, antes de reaccionar y toma decisiones o hacer elecciones . Lo revisando situaciones anteriormente y soluciones pero los niños Inflexibles-Coléricos debido su carácter tiene habilidad y tolerancia disminuido para manejar , controlar emociones debido frustración,
ante un problema mientras su frustración sube , el auto control se baja llevando actuar y pensar de manera impulsivo, se enfada de manera incontrolable, lo cual disminuye la capacidad del niño y su entorno pensar y gestionar el problema basando sus experiencias anteriores, estrategias que funciono para resolver problemas anteriormente .

Todo ser humano necesita aprender una serie de habilidades que le facilitaran una mejor adaptación. Es importante, orientar a los padres a conseguir que sus hijos e hijas aprendan estrategias para adaptarse al medio, lo cual haría evidente que saben tomar decisiones, que pueden asumir responsabilidades, que se acercan a la felicidad, y en definitiva, que son inteligentes. Nuestra labor como profesionales consiste en orientar a los padres en preparar a sus hijos e hijas para afrontar realidades heterogéneas, ayudarles a aprender las habilidades y herramientas necesarias para la vida. Entre esas habilidades y estrategias a aprender, se encuentra el autocontrol y la tolerancia a la frustración. Hay numeras investigaciones que concluyen que, para prevenir desajustes psicológicos de toda índole, es vital construir de forma progresiva el autocontrol en las diferentes etapas evolutivas de los niños.